Pastor Byron Sales Curiel
Dosis de Sabiduría - 02 Septiembre 2013
Solo los justos vivirán en la tierra y los íntegros permanecerán en ella. Pero los perversos serán quitados de la tierra, y los traidores serán arrancados de raíz. Proverbios 2:21-22 NTV
Desde pequeño oí historias bíblicas y una de ellas era la creación del hombre y el huerto del Edén. Siempre pensé que el Huerto del Edén tan solo era una historia más, y me lo imaginaba como un pequeño bosque creado por Dios, que contenía toda clase de árboles, que era atravesado por ríos, era el hogar de diferentes clases de animales y también del hombre, quien al pecar fue expulsado de allí.
Sin embargo, el Edén va más allá de ser un lugar físico; es un territorio donde Dios ejerce dominio y autoridad. Cuando Dios pensó en el Edén pensó en el Reino. Cuando Dios pensó en el hombre no pensó en un robot, sino en una persona que manifestara su naturaleza al ser creado a Su imagen y semejanza, y en quién pudiera delegar ese dominio y autoridad.
Myles Munroe al respecto dice: “El fracaso de la humanidad mediante la desobediencia a su Creador resultó en la pérdida de su dominio sobre la tierra. Perdió su mandato de reino, su don divino de poder. Cuando el hombre cae de la gracia, lo que pierde es el dominio sobre la tierra, no pierde el cielo”.
Dios quiere establecer el Edén, Su Reino donde estés y que ejerzas dominio autoridad sobre toda la creación. La obra de Jesús en tu vida, te introduce al Reino, y una vida de desobediencia te expulsa.
Yo te aseguro que quien no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Juan 3:5 NVI