Arrepiéntete y verás


Bill Johnson - Capítulo 3 - Cuando el Cielo invade la Tierra

La mayoría de los cristianos se arrepienten lo suficiente como para ser salvos, pero no como para ver el Reino [de Dios].


Israel  esperaba que su Mesías llegara como el Rey que gobernaría sobre todos los demás reyes.  Y Él lo hizo.  Pero su concepto equivocado sobre lo que significaba la grandeza en el reino del Mesías  hizo que les resultara difícil comprender cómo podía haber naciendo sin fanfarrias terrenales y convertirse en siervo de todos.

Ellos esperaban que Él gobernara con vara de hierro.  Cuando esto sucediera, ellos finalmente podrían vengarse de todos los que habían oprimido a lo largo de los siglos.  Pero no se daban cuenta de que la venganza del Mesías estaría dirigida, no tanto a los enemigos de Israel, como a los enemigos de todo hombre: el pecado, el diablo y sus obras, y las actitudes farisaicas que promueve la religión.

            Jesús, el Mesías, llegó… lleno de sorpresas.  Solo los de corazón contrito podrían seguir sus desafíos constantes a los límites sin ofenderse.  Su propósito se reveló en su mensaje básico:  “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca” Mateo 4:17 NVI.  Ahora bien, hubo algo que los tomó completamente de sorpresa: El Mesías trajo a su mundo consigo.


Más que lágrimas

            Arrepentirse significa mucho más que llorar por los pecados, o aun apartarse de esos pecados para seguir a Dios.  De hecho, apartarse del pecado para volverse a Dios es más un resultado del verdadero arrepentimiento que el hecho en sí.  Arrepentirse significa cambiar de forma de pensar.  Solo cambiando de forma de pensar podemos descubrir cuál era el objetivo central del ministerio de Jesús: el Reino.

            No se trata simplemente de un mandato celestial de pensar cosas agradables.  Obedecer este mando es posible solo para quienes se rinden ante la gracia de Dios.  La mente renovada es la consecuencia de un corazón entregado.


Media vuelta

            Suele definirse el arrepentimiento como “dar la media vuelta”.   Esto implica que yo iba en una dirección en la vida, y cambié para seguir otra.  La Biblia lo explica así:  “…arrepentimiento de las obras que conducen a la muerte, la fe en Dios”. Hebreos 6:1 NVI.  La fe, entonces, es tanto la coronación como el camino que lleva al arrepentimiento.

            Mucho se ha predicado este mandato en los último años.  El mensaje es muy necesario.  El pecado oculto es el talón de Aquiles de la iglesia en esta época.  Nos ha impedido tener la pureza que produce osadía y gran fe.  Pero, por noble que sea tal meta, el mensaje no alcanza.  Dios desea algo más de nosotros que simplemente “sacarnos de apuros”. El quiere que estemos en la posición correcta!  El arrepentimiento no es completo si no visualizamos su Reino.


Colaboradores de Cristo

            El elemento central del arrepentimiento es cambiar nuestra forma de pensar, hasta que la presencia de su Reino llene nuestra conciencia.  Podemos resistir fácilmente los intentos del enemigo por atar nuestros afectos a las cosas que son visibles cuando nuestro corazón tienen conciencia de la presencia del mundo de Dios.  Tal conciencia nos ayuda a ser colaboradores  de Cristo (En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.  1ª. Corintios 3:9 NVI) , y destruir las obras del diablo, Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.  1ª. Juan 3:9 NVI.

            Si el Reino es aquí y ahora, debemos reconocer que está en el ámbito invisible.  Pero el hecho de que esté cerca significa que está a nuestro alcance.  Pablo dijo que el ámbito invisible es eterno, mientras que lo que vemos es solo temporario.  Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.  2ª. Corintios 4:18 NVI.  Jesús le dijo a Nicodemo que tendría que nacer de nuevo para ver el Reino.  – De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios – dijo Jesús. Juan 3:3 NVI.    Lo que no se ve, puede comprenderse únicamente por medio del arrepentimiento.  Es como si Jesús hubiera dicho: “Si no cambian la forma en que perciben las cosas, vivirán toda la vida pensando que lo que ven en el ámbito natural es la realidad superior.  Si no cambian su forma de pensar, nunca verán el mundo que está justo delante de ustedes: mi mundo, que es el cumplimiento de todos los sueños que hayan tenido en su vida.  Yo lo traje conmigo”.  Todo lo que Jesús hizo en su vida y su ministerio, lo hizo tomando de esa realidad superior.


Viviendo de lo invisible

            “Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo” Proverbios 25:2 NVI.  Algunas cosas solo las descubren los que están desesperados.  Esta valiosísima actitud del Reino [Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia , porque serán saciados], es lo que marca el corazón de la verdadera realeza del Reino [… y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra.  Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados  Apocalipsis 5:1].   El Dios que puso oro en las piedras trajo su Reino consigo, pero lo dejó oculto.

            Pablo habla sobre esto en su carta a los colosenses.  Allí nos informa que Dios escondió nuestra vida abundante en Cristo: [pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios Colosenses 3:3 NVI].  Y donde está Él?  Sentado a la diestra del Padre, en los lugares celestiales: … que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo sino también en el venidero”.  Efesios 1:19-20 NVI.  Nuestra vida abundante está escondida en el ámbito del Reino.  Y solo la fe puede tomar de ella.


El dominio del Rey

El  Reino es el dominio del Rey; dominio  implica autoridad y señorío.  Jesús vino a ofrecer los beneficios de su mundo a todos los que se someten a su gobierno.  El ámbito del gobierno de Dios, ese ámbito de toda suficiencia, es el ámbito llamado el Reino.   Los beneficios de su gobierno quedaron ilustrados por medio de sus obras de perdón, liberación y sanidad.

La vida cristiana ha sido dirigida hacia esa meta, verbalizada en la Oración Modelo del Señor:  “venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” Mateo 6:10 NVI.  Su domino se concreta cuando lo que sucede aquí es “como en el cielo”.


El sermón más sublime

            En Mateo capítulo 4, Jesús primero declaró el mensaje de arrepentimiento.  Llegaron personas de todas partes, trayendo a los enfermos y dolidos, atormentados y discapacitados.  Jesús los sanó a todos.

            Después de los milagros, Jesús dio su sermón más famoso de todos los tiempos: el Sermón del Monte.  Es importante recordar que estas personas acababan de ver a Jesús sanar toda clase de enfermedades y realizar liberaciones asombrosas.  Es posible que, en lugar de ordenarles un cambio de su forma pensar, Jesús estuviera, en realidad, explicándoles la transformación de corazón que acababan de experimentar?

            “Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece”. Mateo 5:3 NVI  Cómo describiría usted a una multitud que abandona  sus ciudades durante días, recorre grandes distancias a pie, abandonando todo lo que implica la vida, solo para seguir a Jesús a un lugar desolado?  Ya allí, Él iba a hacer lo que ellos habían creído imposible.  El hambre  que sentían en su corazón arrancó del corazón de Dios una realidad que ellos ni siquiera sabían que existía.  Está incluida esta situación de ellos en las Bienaventuranzas?  Creo que sí.  Yo los llamo “pobres en espíritu”.   Y Jesús les dio la manifestación del Reino que había prometido, con sanidad y liberación.  Después, a los milagros les siguió el Sermón, porque era común que Jesús explicara con su enseñanza algo que acababa de hacer.

            En este caso, la presencia del Espíritu Santo sobre Jesús causó hambre de Dios en la gente.  Esta hambre provocó un cambio en sus actitudes sin que fuera necesario ordenarles que las cambiaran.  Su hambre de Dios, aún antes de poder reconocerla como tal, había creado una nueva perspectiva en ellos, a la cual habían cambiado.  Cómo?  El Reino llega en la presencia del Espíritu Santo de Dios.  Fue su presencia lo que ellos detectaron, y era esa presencia lo que ansiaban.  Para ellos, no importaba si Él hacía milagros o les daba otro sermón; simplemente, necesitaban estar donde Él estaba.  El hambre nos hace humildes.  El hambre de Dios produce máxima humildad.  Y Él los exaltó “a su debido tiempo” 1ª. Pedro 5:5 NVI permitiéndoles probar lo que era su dominio.

            El sermón del Monte es un tratado sobre el Reino.   En él, Jesús, revela las actitudes que ayudan a sus seguidores a acceder a su mundo invisible.  Dado que somos ciudadanos del cielo, estas actitudes se forman en nosotros para que podamos captar en su totalidad todo lo que su Reino tiene a nuestra disposición.  Las Bienaventuranzas son, en realidad, las lentes a través de las cuales se ve el Reino.  El arrepentimiento implica tomar sobre nosotros la mente de Cristo que se revela en estos versículos.  El podía haberlo expresado con palabra:  “Así es una mente arrepentida”.

            Por favor, observe la condición gozosa de los ciudadanos del mundo de Dios que aún no están en el cielo.  Bienaventurados significa felices!.  Este es mi paráfrasis de Mateo 5:3-12:

v. 3  Ustedes son felices si son pobres de espíritu, porque el reino de los cielos es suyo.
v. 4 Ustedes son felices si lloran, porque serán consolados.
v. 5 Ustedes son felices si son mansos, porque heredarán la Tierra.
v.6  Ustedes son felices si tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
v. 7 Ustedes son felices si son misericordiosos, porque recibirán misericordia.
v. 8 Ustedes son felices si son de corazón limpio, porque verán a Dios.
v. 9  Ustedes son felices si son pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios.
v. 10 Ustedes son felices si son perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos
les pertenece.
v. 11  Ustedes son felices si los calumnian y los persiguen, y dicen toda clase de cosas malas de
ustedes falsamente, por causa de mí.
            v.12  Regocíjense, y alégrense en manera, porque su recompensa en los cielos es grande, ya que
así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.

            Estudiemos el resultado promedio para cada nueva actitud: recibir el Reino, ser consolados, recibir misericordia, ver a Dios, etc.  Por qué es importante reconocer esto?  Porque muchos consideran las enseñanzas de Jesús como otra forma de la ley.  Para la mayoría, Él solo trajo un conjunto de reglas.  La gracia difiere de la ley en que el favor llega antes de la obediencia.  Bajo la gracia, los mandamientos del Señor vienen totalmente equipados con la capacidad de cumplirlos… para quienes escuchan de corazón:

Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene el poder para salvarles la vida.  No se contentes sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos.  Llévenla a la práctica.  El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.  Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.  Santiago 1:21-25 NVI. 

La gracia nos capacita para hacer lo que ella misma ordena.


El dominio hecho realidad

            El mundo invisible tiene influencias sobre el visible.  Si el pueblo de Dios de Dios no intenta tomar el reino de Dios que tiene a su alcance, la potestad de las tinieblas está lista para demostrar su capacidad de influir.  La buena noticia es que “su reinado (el de Dios) domina sobre todos” Salmo 103:19 NVI

            Jesús ilustró esta realidad en Mateo 12:28, diciendo: “Si expulso a los demonios por medio del Espíritu Santo de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes”.   Hay dos cosas que debemos destacar:

            Primero, Jesús obraba solo por medio del Espíritu Santo de Dios; segundo, el reino de Dios llegaba sobre personas que eran liberadas.  Jesús causaba la colisión entre dos mundos: el mundo de las tinieblas y el mundo de la luz.  La tinieblas siempre abren paso a la luz.  De la misma forma, cuando el dominio de Dios se demostró por medio de Jesús al hombre, este fue libre.


Andar por convicción

La misma colisión entre la luz y las tinieblas se producen cuando son sanados los enfermos.  Walter había sufrido dos ataques de apoplejía el año anterior que lo que habían dejado sin sensibilidad en todo el costado derecho de su cuerpo.  Él mostró una horrible quemadora que había sufrido en su brazo, sin saber que se estaba quemando.  La convicción –una de las palabra que se utilizan para detectar la fe: Es, pues,  la fue la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.  Hebreos 11:1 RV60 – comenzó a arder en mi corazón.  Mientras aún me estaba hablando, comencé a orar por él con mi mano sobre su hombro.  Tuve que hacerlo enseguida.  Había tomado conciencia del Reino, donde no provocó insensibilidad, y no deseaba tomar mayor conciencia de cuán serio era su problema.  Mi oración fue algo así: “Padre, esto fue idea tuya.  Tu nos ordenaste orar para que las cosas sean aquí como son en el cielo, y sé que no hay insensibilidad allí, así que tampoco tendría que haberla aquí.  Así pues, ordeno en el nombre de Jesús que las terminales nerviosas cobren vida.  Ordeno una restauración total de la sensibilidad en este cuerpo”.

            Poco después de que  yo comenzara a orar, Walter me dijo que sentía mi mano en su hombro y podía sentir la textura de la tela de mi camisa con su mano derecha.  Fue el comienzo de la colisión contra el mundo de la insensibilidad.  Y la insensibilidad fue derrotada.

            La fe es la clave para descubrir la naturaleza superior del ámbito invisible.  Es el “don de Dios” interior que debemos descubrir.

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