La
fe está anclada en el ámbito invisible.
Vive a partir de lo invisible hacia lo visible. La fe concreta lo que ve. La Biblia presenta el contraste entre la vida
de la fe y las limitaciones de la vista natural.: Vivimos
por fe, no por vista. 2ª. Corintios 5:7 NVI. La fe da ojos al corazón.
Jesús
espera que las personas vean con el corazón.
Cierta vez, el llamó hipócritas a un grupo de líderes religiosos porque
podían discernir lo relativo al clima, pero no podía discernir los
tiempos. Es obvia la razón por la que
Jesús prefería que las personas reconocieran los tiempos (clima y las
estaciones espirituales) más que el “tiempo”
climático, pero no es tan obvio por qué Él los consideraba hipócritas por no
hacerlo.
Muchos
pensamos que la capacidad de ver el ámbito espiritual es más resultado de un
don espiritual que un potencial que todos tenemos, pero no utilizamos. Le recuero que Jesús dirige esta acusación a
los fariseos y saduceos. El hecho de que
ellos, entre todas las personas tuviesen la obligación de ver, es evidencia de
que todos han recibido tal capacidad.
Ellos se volvieron ciegos a su dominio por la corrupción de sus
corazones, y fueron juzgados pro el potencial que poseían y no pusieron en
práctica.
Nacemos de
nuevo por gracia, por medio de la fe: -De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede
ver el Reino de Dios –dijo Jesús. Juan 3:3 NVI. Un corazón que
no ve, es un corazón endurecido: Al darse
cuenta de esto, Jesús les dijo: -Por qué están hablando de que no tienen pan?
Todavía no ven ni entienden? Tienen la
mente embotada? Es que tienen ojos, pero no ven? Y oídos, peor no oyen? Acaso
no recuerdan? Marcos 8: 17-18 NVI.
La fe nunca tuvo como único propósito “hacernos
entrar en la familia”. Más
bien, es la naturaleza de la vida des esta familia. La fe ve.
Ubica al Reino en el centro de nuestra atención. Todos los recursos del Padre, todos sus
beneficios, están a nuestro alcance por medio de la fe. Para alentarnos en nuestra capacidad de ver,
Jesús nos dio instrucciones específicas:
Busquen primeramente el reino de
Dios… Mateo 6:33 NVI. Pablo nos enseña: Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de
la tierra… Colosenses 3:2 NVI También afirmó: …
Ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” 2ª.
Corintios 4:18 NVI. La Biblia nos indica que prestemos atención a lo
invisible. Este tema se repite lo
suficiente en las Sagradas Escrituras como para ponernos bastante nerviosos a
los que estamos atados por la lógica de la cultura occidental.
Este es el
secreto del ámbito sobrenatural que queremos ver restaurado a la iglesia. Jesús nos dijo que Él solo hacía lo que veía
hacer al Padre. Tal visión es vital para
quienes anhelan más. El poder sus
acciones –por ejemplo, el barro que puso en los ojos del ciego- surge de su
capacidad de ver.
La adoración y la escuela de la Fe
Dios está muy decidido a
enseñarnos a ver. Para hacerlo posible,
nos dio al Espíritu Santo como tutor. El
plan de estudios que utiliza es muy variado.
Pero la clase a la que todos podemos asistir es el mayor de todos los
privilegios del cristiano: la adoración. Aprender a ver
no es el propósito de la adoración, pero sí un maravilloso efecto secundario.
Aquellos que adoran en espíritu y
en verdad –como dije Juan 4:23-24- aprenden a seguir la guía del Espíritu
Santo. Su ámbito es llamado el reino de
Dios. El trono de Dios, que se establece
enlas alabanzas de su pueblo [Salmo 22:3],
es el centro de ese Reino. Es en
el ambiente de adoración que aprendemos cosas que van mucho más allá de lo que
puede captar nuestro intelecto [Efesios 3:20], y la más grande de estas
lecciones es el valor de su Presencia.
David lo sentía de tal forma que todas las demás cosas que había
logrado, empalidecían en comparación con la entrega de su corazón ante
Dios. Sabemos que él aprendió a ver en
el interior del ámbito de Dios por frases como:
“Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer” Salmo 16:8 NVI La presencia de Dios influía en su
visión. El practicaba constantemente el
reconocimiento de la presencia de Dios.
Veía a Dios diariamente, no con sus ojos naturales, sino con los de la
fe. Esta preciada revelación fu dada a
un adorador.
El privilegio de la adoración es un
buen lugar para comenzar, para aquellos que no están acostumbrados a tratar
algunos de estos temas que se encuentran en la Biblia. Es en tan maravilloso ministerio que podemos
aprender aprestar atención a ese don dado por Dios: la capacidad de ver con el
corazón. A medida que aprendamos a
adorar con corazón puro, nuestro ojos continuarán abriéndose. Y veremos lo que Él desea que veamos.
Ver lo invisible
El ámbito
invisible es superior al natural. La
realidad de este mundo invisible domina el mundo natural en el que vivimos,
tanto positiva como negativamente, dado que lo invisible es superior a lo
natural, la fe está anclada en lo que no se ve.
La fe vive
dentro de la voluntad revelada de Dios.
Si tengo conceptos equivocados sobre quién y cómo es Él, mi Fe estará
restringida por tales errores. Por
ejemplo, si creo que Dios permite la enfermedad como forma de desarrollar el
carácter, no tendré confianza para orar en la mayoría de las situaciones en que
se necesita sanidad. Pero si creo que la
enfermedad es para mi cuerpo lo que el pecado es para el alma, entonces,
ninguna enfermedad me intimidará. La es
mucho más libre para desarrollarse cuando realmente consideramos que el corazón
de Dios es bueno.
Los mismo
errores de concepto sobre Dios afectan a quienes necesitan tener fe para lograr
un milagro. Una mujer que necesitaba un
milagro me dijo una vez que sentía que Dios había permitido su enfermedad con
un propósito. Yo le dije que si yo
tratara a mis hijos de esa manera sería arrestado por abuso infantil. Ella se dio cuenta de que yo tenía razón, y
finalmente me permitió orar por ella.
Cuando la verdad entró en su corazón, su sanidad llegó solo minutos
después.
La
incredulidad está anclada en lo que es visible o razonable fuera de Dios. Honra el ámbito natural como superior al
invisible. El apóstol Pablo declara que
lo que vemos es temporario, mientras que lo que no vemos es eterno 2ª. Corintios
4:18 NVI . La incredulidad es fe en lo inferior.
La incredulidad
se apoya en el ámbito natural. Pero ese
ámbito no debe ser considerado malo en sí mismo. Por el contrario, el que es humilde de
corazón reconoce la mano de Dios en lo que se ve. Dios ha creado todas las cosas para que
hablen de Él, sean ríos y árboles, o ángeles y cielos. El ámbito natural da testimonio de su
grandeza… para quienes tienen ojos para ver y oídos para oír: Porque desde
la creación del mundo la cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno
poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él
creó, de modo que nadie tiene excusa. A
pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron
gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les
oscureció su insensato corazón. Roanos 1:20-21 NVI
Realista o materialista
La mayor
parte de la gente que conozco y que está llena de incredulidad, se llama a sí
misma realista. Es una evaluación sincera, pero no un motivo
de orgullo. Esa clase de realistas creen
más en lo visible que en lo que no pueden ver.
En otras palabras, creen que el mundo material domina al espiritual.
El
materialismo es considerado simplemente como la acumulación de bienes, pero,
aunque incluye tal característica, es mucho más que eso. Puedo no tener nada, y aún así, ser
materialista. Puedo no carecer nada y
ser materialista, porque el materialismo es fe en lo que lo natural es la
realidad superior.
Somos una
sociedad sensual, con una cultura moldeada por lo que perciben los
sentidos. Estamos entrenados para creer
solo que vemos. La fe verdadera no es
vivir negando el ámbito natural. Si el
médico dice que usted tiene un tumo, es tondo actuar como si no lo tuviera. Eso no es fe.
Pero la fe está fundada en una realidad que supera ese tumor. Yo puedo reconocer la existencia de un tumor
y aún así, tener fe en la provisión de las llagas de Cristo para mi sanidad…
Fui sanado por esa provisión hace ya 2000 años.
Es un resultado del reino de los cielos;
una realidad superior. No hay
tumores en el cielo, y la fe trae esa realidad a ésta.
Querría
satanás infligir cáncer en el cielo? Sin duda.
Pero no tiene dominio allí. Solo
tiene dominio aquí cuando y donde el hombre lo ha aceptado.
Vivir en negación
El temor a una aparente vida en
negación es lo que impide que muchos ejerciten la fe. Por qué, para muchos cristianos, es tan
importante lo que piensan los demás, que no están dispuestos a arriesgar todo
para confiar en Dios? El temor del hombre está muy relacionado con la
incredulidad. Por el contrario, el temor
de Dios se relaciona muy estrechamente con la fe.
La gente de fe también es
realista. Solo que su fundamento es una
realidad superior.
La incredulidad es, en realidad,
fe en algo que no es Dios. Él es celoso
de nuestros corazones. Aquel cuya
confianza está puesta fundamentalmente en otro o en otra cosa contrista al
Espíritu Santo.
No está en la
cabeza
La fe nace del Espírito en los
corazones de los seres humanos. La fe no
es intelectual ni antiintelectual. Es
superior al intelecto. La Biblia no dice
“el hombre creerá con la mente”. Por medio de la fe, el hombre puede
concordar con la mente de Dios.
Cuando sometemos las cosas de
Dios a la mente del hombre, los resultados son incredulidad y religión
[considérese religión como forma sin poder].
Cuando sometemos la mente del hombre a las cosas de Dios, tenemos fe y
una mente renovada. La mente es una
maravillosa sierva, pero como ama es terrible.
Gran parte de la oposición a la
renovación proviene de cristianos que se dejan llevar por su alma [el alma es
la mente, la voluntad y las emociones].
El apóstol Pablo los llama “carnales”. No han aprendido a ser guiados por el
Espíritu. Para ellos, cualquier cosa que
no tenga sentido para su mente carnal está automáticamente en conflicto con la
Biblia. Esta forma de pensar es aceptada
en toda la iglesia, en toda la civilización occidental, lo cual debería
explicar por qué nuestro Dios parece ser tan semejante a nosotros.
La mayor parte de las metas de la
iglesia moderna pueden ser alcanzadas sin Dios.
Lo único que necesitamos es gente, dinero y un objetivo común. Con determinación, se pueden lograr grandes
cosas. Pero el éxito no es,
necesariamente, una señal de que la meta haya sido establecida por Dios. Hay muy pocas cosas en la vida de la iglesia
que demuestren que recibimos dirección y poder del Espíritu Santo. Retornar al ministerio de Jesús es la única
seguridad que tenemos de alcanzar tal meta.
Fe a partir de
una relación
El Espíritu Santo vive en mi
espíritu. Ese es el lugar de la comunión
con Dios. Cuando aprendemos a recibir de
nuestro espíritu, aprendemos a ser guiados por el Espíritu Santo.
Por
la fe entendemos… Hebreos 11:3 NVI La
fe es el fundamento de la verdadera intelectualidad. Cuando ”aprendemos a
aprender” de esa manera, nos
abrimos a crecer en verdadera fe, porque la fe no requiere entendimiento para
funcionar.
Estoy seguro de que la mayoría de
ustedes ha tenido esta experiencia:
estamos leyendo la Biblia y parece que un versículo “salta” ante nuestros
ojos. Nos entusiasma ese versículo que
nos da tanta vida y aliento. Pero,
inicialmente, no podríamos enseñarlo ni explicarlo, aunque nuestra vida
dependiera de ello. Lo que sucedió fue
esto: nuestro espíritu recibió el poder vivificante de la palabra del Espíritu
Santo: “… la letra
mata, pero el Espíritu da vida” 2ª. Corintios 3:6 NVI Cuando aprendemos
a recibir de nuestro espíritu, nuestra mente se convierte en alumna y, por lo
tanto, está sujeta al Espíritu Santo.
Por medio del proceso de revelación y experiencia, nuestra mente, la
final, logra entendimiento. Ese es el
aprendizaje bíblico: el espíritu influye
sobre la mente.
La fe es
garantía y certeza
“Ahora bien la fe es la garantía de lo que se
espera, la certeza de lo que no se ve” Hebreos 11:1 NVI
La fe es el espejo del corazón
que refleja las realidades del mundo de Dios en el nuestro. Es la sustancia del ámbito invisible. Este maravilloso regalo de Dios es la
manifestación terrenal inicial de lo que existe en su Reino. Es el testimonio de un ámbito invisible
llamado reino de Dios. Por medio de la
oración, podemos traer esa realidad a la nuestra; así funciona la fe.
Si voy a una pizzería y pido una
pizza, me darán un número y un recibo.
Yo debo colocar ese número en un lugar visible sobre la mesa. Si entra alguien de la calle y se acerca a mi mesa anunciado que no me darán
ninguna pizza, yo puedo señalar el número y decirle: “Cuando la pizza
número 52 esté hecho, es mía!”. Ese número es la garantía de la pizza que
espero. Si esa persona me dice que mi
número no sirve, le señalaré mi recibo, la evidencia del valor de mi
número. Cuando mi pizza esté hecha, el
mozo irá por todo el local buscando mi número.
Cuándo sabe el producto de los cielos dónde debe caer? Busca la garantía: el número. Si surge algún cuestionamiento sobre la
validez de mi número, el recibo, que está en la Biblia, demostrará con certeza
mi derecho, tanto al número como a la pizza.
El cielo no se mueve simplemente
en base a las necesidades del hombre. No
es que Dios no le importen; fue por su
gran compasión por nosotros que ÉL envió a Jesús. Cuando Dios se conmueve ante la necesidad
humana, rara vez arregla el problema inmediatamente; por el contrario , nos da
principios del Reino que, cuando los adoptamos, corrigen los problemas. Si Dios se moviera solamente basado en la
necesidad humana, países como la India y Haití llegarían a se los más ricos del
mundo. No funciona así. El cielo se mueve sobre la base de la
fe. La fe es la moneda corriente en el
cielo.
Resumen de la
Fe
El siguiente es un resumen de los
efectos de la fe que encontramos en Hebreos 11:2-30
Por
fe…
… fueron aprobados los antiguos.
… entendemos.
… Enoc fue sacado de este mundo,
porque agradó a Dios.
… Noé llegó a ser heredero.
… Abraham habitó en la tierra
prometida.
… Sara recibió fuerza para tener
un hijo, porque consideró fiel a Dios, que le había hecho la
promesa.
Por
fe…
… Abraham recibió promesas.
… Isaac bendijo a sus hijos.
… José profetizó lo que sucedería
después de su muerte.
Por
fe…
… los padres de Moisés lo
escondieron, viendo que era especial.
… Moisés se negó a ser incluido en
el sistema egipcio y decidió por el contrario, ser rechazado
por la gente.
Por
fe…
… cayeron los muros de Jericó.
… Rajab no pereció.
Por
fe…
… conquistaron reinos.
… hicieron justicia.
… alcanzaron lo prometido.
… cerraron bocas de leones.
… apagaron la furia de las llamas.
… escaparon del filo de la espada.
… sacaron fuerzas de flaqueza.
… se mostraron valientes en la
guerra.
… pusieron en fuga a ejércitos
extranjeros.
El origen de la
Fe
“La fe viene como resultado de oír…” Romanos 10:17 NVI
No dice que es el resultado de “haber oído”. Es el corazón que presta atención ahora el
que está listo para que el cielo deposite en él la fe.
El apóstol Pablo fue motivado por
el mandato: “Vayan por
todo el mundo y anuncien la buenas nuevas…” Mateo 16:15 NVI Pero cuando él estaba dispuesto a predicar el
evangelio en Asia, [Hechos 16],
Dios le dijo que no. Lo que Dios había dicho parecía estar en conflicto
con lo que Dios estaba diciendo. [Dios nunca contradice su
Palabra. Pero está dispuesto a
contradecir lo que nosotros entendemos de su Palabra. El principio de la Gran Comisión (Marcos
16:15) no fue anulado por la situación de Hechos 16. Dios apuntaba aquí a la aplicación que ellos
hacían de ese principio.]. Pablo,
entonces, se dispuso a ir a
Bitinia. Nuevamente, Dios le dijo que
no. Después, Pablo soñó que un hombre le
pedía que fuera a Macedonia.
Reconociendo como voluntad de Dios, allá fue.
Aunque podemos conocer la
voluntad de Dios en la Biblia, necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude a
interpretarla, aplicarla, y nos dé poder para cumplir su voluntad.
Temor
El mandato bíblico que más se
repite es “No temas”. Por qué? El temor ataca la base de nuestra
relación con Dios la fe. El temor es fe
en el diablo; también se lo puede llamar incredulidad. Jesús preguntó a sus discípulos: “Hombres de
poca fe […] por qué tiene tanto miedo?”, porque el temor es lo mismo que la falta de
fe. El temor y la fe no pueden
coexistir: uno obra contra el otro.
El diablo es llamado Beelzebú,
que significa “señor de las moscas”. A
él y sus huestes siempre los atrae la descomposición.
Una vez, teníamos un congelador
en un edificio separado de la casa.
Cierto domingo, al llegar a casa de la iglesia, chocamos contra un muro
de hedor que nos será muy día difícil de olvidar. Inmediatamente me di cuenta que lo que había
sucedido. El congelador se había
descompuesto. Pensé que el mal olor que
hacía días que venía sintiendo, se debía a que mis hijos habían olvidado sacar
toda la basura, peor era simplemente la carne y las pieles de osos que se
estaban descomponiendo dentro del congelador.
Desde el asiento delantero del
auto, miré las vidrieras del taller que estaba a unos doce metros de distancia. Estaban negras, llenas de moscas… una
cantidad inimaginable de moscas. El
congelador estaba lleno de toda clase de carne.
Las moscas habían encontrado una criadero fabuloso en la carne en
descomposición y se multiplicaban en cantidades industriales. Tanto la carne como el congelador acabaron en
el basurero.
Cosas como la amargura, los celos
y el odio bien pueden ser considerados la descomposición del corazón que invita
al diablo a entrar para influir… así aún en los cristianos. Ésa no es la sabiduría
que desciende del cielo, sino que es terrenalmente, puramente humana y
diabólica. Porque donde hay envidias y
rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas. Santiago
3:15-16 NVI. Recordemos la amonestación de Pablo a la iglesia de Éfeso: “… ni den cabido al diablo” Efesios 4:27 NVI El temor también, es una descomposición del
corazón. Atrae a lo demoníaco de la
misma forma que la amargura y el odio.
Como supieron las moscas dónde estaba mi congelador? Por el olor de la carne descompuesta. El temor emite un olor similar. Como la fe, el temor es sustancia en el
ámbito espiritual. Satanás no tiene
poder alguno si nosotros no se lo acordamos.
El temor se convierte en la respuesta de nuestro corazón cuando nosotros
aceptamos sus intimidatorias sugeridas.
Reaccionar o
responder
Irónicamente, muchos que temieron
los excesos cometidos por otros en nombre de la fe cayeron en la
incredulidad. La reacción al error, con
frecuencia, produce error. La respuesta
a la verdad siempre gana a los que reaccionan ante el erro. Algunas personas tendrían un sistema de
creencias si no fuera por los errores de otros.
Sus pensamientos y enseñanzas son las antítesis de lo que otros creen y
practican. Como consecuencia, quienes se
esfuerzan por lograr el equilibrio se vuelven anémicos. La palabra equilibrio
ha llegado a significar “ni una cosa ni
la otra”: nada que amenace ni al diablo, ni a las personas; poco riesgo y,
sobre todo… la mejor manera de mantener intacta nuestra imagen de personas
agradables.
La iglesia advierte a sus
miembros sobre el gran pecado de la presunción. Dios nos advierte sobre el pecado de la
incredulidad. Jesús no dijo: “Cuando regresé, encontraré gente excesiva y presuntuosa?
. A Él le preocupaba encontrar gente de
fe, la clase de fe que Él practicaba.
Aunque solemos reunirnos con los que piensan como nosotros, los que
tienen fe marcan a fuego un camino que amenaza todas nuestras comodidades. La fe ofende a los que se quedan estáticos.
Es incómodo vivir con una persona
de gran fe. Su razonamiento es de otro
mundo. Mi abuelo, que era pastor,
recibió enseñanzas de varios grandes hombres y mujeres de Dios a principios del
siglo XX. Siempre me decía que no todos
querían a Smith Wigglesworth. Su fe ponía
incómodas a las personas. O nos volvemos
como ellas, o las evitamos. Su estilo de vida resulta contagioso, o nos resulta
ofensivo. No hay demasiado terreno
neutral en estos casos. Smith es muy
apreciado actualmente… pero solo porque ya está muerto. Israel también amaba a sus profetas ya
muertos.
La incredulidad tiene una característica
notable: generalmente cumple sus propias
predicciones. El descreimiento es
seguro, porque no se arriesga y casi siempre recibe lo que espera. Después de recibir lo que su incredulidad
esperaba, la persona siempre puede
decir: “te lo dije”.
Una realidad
superior
Mi fe no es solamente una fe
basal; es una fe activa. Es agresiva por
naturaleza. Tiene objetivo y
propósito La fe atrapa la realidad del
Reino natural. La potestad inferior no
soporta el choque.
Una de las cosas que la gente
suele decirme cuando estoy por orar por su sanidad es “se que Dios puede
hacerlo”. El diablo también lo sabe. En
el mejor de los casos, eso es esperanza, no fe.
La fe sabe que Dios va a hacerlo.
Para quien tiene fe, nada es
imposible. No hay imposibilidades cuando
hay fe… sin excepciones.
Sheri, por ejemplo, pasó al
frente a pedir oración después de una maravillosa reunión en las afueras de
Nashville, Tennessee. Hacía veinticuatro
años que sufría de lupus, y en los últimos cuatro, se había convertido en
hipertensión pulmonar. Se había
complicado tanto, que tuvieron que ponerle un tubo derivación de aluminio en el
corazón, al que iba adosada una bomba que le proporcionaba la medicación
necesaria para mantenerla con vida. Su
médico le había dicho que no podría vivir más de tres minutos si no contaba con
esa medicación.
Cuando ella se acercó a mi, sentí
la presencia de algo que no había sentido en esa medida. Era fe.
Retrocedí y la miré durante algunos segundos, dándome cuenta que veía
algo completamente nuevo para mí. Al
recibir la oración. Shery cayó al suelo
bajo el poder de Dios. Cuando se
incorporó, le pregunté como estaba. Me
habló de un calor fuerte en su pecho.
(el toque sanador de Dios suele ir acompañado de calor). Al irme, le dije –tu fe ganó esto.
Eso fue el sábado a la
noche. A las siete de la mañana, al día siguiente, el Señor le habló a Sheri y
le indicó que ya no necesitaba la medicación.
[Cuando me preguntan qué hacer con respecto a la
medicación, yo le digo a la persona que haga lo que en su corazón tenga fe para
hacer. No le serviría de nada hacer lo
que yo tengo fe para hacer, o impedirle hacer algo a causa de mi falta de fe] Así que ella se lo quitó. Catorce horas más tarde, apareció dando
testimonio del maravilloso poder sanador de Dios.
Desde entonces se hizo quitar el
tubo… es que ya no lo necesita!
Oídos para oír
“Así que la fe viene como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” Romanos 10:17 NVI Observe que
no dice que la fe viene por haber oído.
La naturaleza de la fe implica una relación con Dios que es actual. El énfasis está puesto en oír… ahora!. En Génesis, Dios le dijo a Abraham que
sacrificara a Isaac. Cuando Abraham levantó
su cuchillo para matar a su hijo, Dios habló nuevamente, esta vez para decirle
que no lo matara, ya que había aprobado el examen demostrando que estaba
dispuesto a hacer cualquier cosa por Dios.
Es buena cosa que la única conexión de Abraham con Dios no haya sido lo
que Él le había dicho, sino que estaba basada en lo que le estaba diciendo en
ese momento.
Respuestas a
las imposibilidades de la vida
Lo que este mundo necesita es que
la Iglesia retorne a un mensaje que cuente y demuestre el reino de Dios. Necesitan algo a qué aferrarse que sea más
grande que cualquier cosa que puedan ver.
El sistema mundano no tiene respuesta para los problemas, que cada vez
son más; todas las soluciones son temporarias.
Dale vino a mi oficina para
confesar un pecado. Vivía a gran
distancia de mi ciudad, pero, dado que nos había quitado un dinero por medio de
engaños, sentía la necesidad de venir a confesarse en persona. Después de expresarle mi perdón y el perdón
de Dios, le pregunté por su espalda. Lo
había visto entrar en mi oficina caminando con dificultad, evidentemente muy
dolorido. Él levantó su camisa y me mostró dos cicatrices a ambos lados de la
columna, hasta los costados. Se había
roto la espalda unos años antes y hacia poco tiempo había sufrido un accidente
automovilístico que había agravado el problema.
Después me dijo que Dios, seguramente, le hubiera querido sanarlo, pero
él se había interpuesto en el camino. Le
aseguré que él no era suficientemente grande como para hacer eso. La imagen que yo tenía en mi mente en ese
momento era cuán diminuto es el hombre frente a la grandeza de Dios. El me miró con expresión de sorpresa. Yo le expliqué que Dios era realmente grande
y que podía hacer todo lo que quisiera.
Aunque Dale no tenía gran fe, comenzó a dudar de su duda. Eso fue suficiente. Le impuse las manos en la espalda e invité al
Espíritu Santo a darle el regalo de su sanidad.
Después, le ordené que fuera sano.
Dale se inclinó y apoyó sus manos en el suelo, diciendo:
- Pero
yo no podía hacer esto!
Lo hizo varias veces más, siempre
repitiendo; - Yo no podía hacerlo!.
Salió de mi oficina sin dolor, con total libertad de movimiento y el
corazón lleno de alabanza. Todo esto, en
un hombre que, minutos antes apenas podía caminar.
La fe es ausencia de duda; es la
presencia de la convicción. Quizá no
sienta siempre que tengo gran fe. Pero
siempre puedo obedecer, imponiendo mis manos sobre alguien y orar por él. Es un error ponerme a examinar mi fe; rara vez puedo hallarla. Es mejor que obedezca enseguida. Después que todo terminó, puedo mirar atrás y
ver que mi obediencia fue producto de la fe.
Efecto bombardeo
Cuando el nivel colectivo de fe
crece, se produce lo que yo llamo “el efecto bombardeo”. Es cuando personas inocentes que simplemente
están mirando, son tocadas por el poder milagroso de Dios.
Francis es una mujer que tenía
cáncer de esófago. Un domingo por la
mañana, durante la adoración, se volvió hacia su esposo y le dijo: -Acabo de
ser sanada!.
Sintió el fuego de Dios tocar sus
manos y dedujo que eso representaba el toque sanador del Señor. Cuando fue al médico y le contó su
experiencia, él le dijo:
- Esa
clase de cáncer no desaparece. –Después
de examinarla, tuvo que reconocer – No sólo no tiene cáncer; Tiene un nuevo
esófago!
La fe colectiva trae el cielo a
la Tierra con frecuencia. El mundo de
Dios se hace manifiesto a nuestro alrededor.
Sharon había sufrido un accidente
hacía muchos años, en el que se había destruido un tendón que recorría su
pierna. Esto había limitado mucho sus
movimientos, y le había dejado una cierta insensibilidad en el pie. Un sábado por la tarde, mientras yo hacía un
llamado a las personas que quisieran arreglar su relación con Dios, Sharon
comenzó a hacer toda clase de ruidos.
Interrumpí el llamado y le pregunté qué sucedía. Ella nos contó que sentía un cosquilleo en su
pierna y que sentía que se había restaurado todo el movimiento y la
sensibilidad en su pie. En esa ocasión,
se produjo un milagro creativo sin que nadie orara.
No había demasiada gente en esta
reunión en particular. Pero el poder no
depende de la cantidad de gente que exista, sino de la cantidad de gente que se
ponga de acuerdo. El “poder
exponencial”: Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos y
dos personas hacer huir a diez mil, a menos que la Roca de ellos los hubiera
vendido, a menos que el Señor se los hubiere entregado? Deuteronomio 32:30 NTV es producto de la unidad de la fe.
En algunas reuniones, es fácil
confundir entusiasmo con fe. En esa
situación, y hago énfasis en los testimonios para estimular los corazones de
las personas para que crean en lo imposible, y que Dios pueda invadirlos.
Más que gritos
Así como el temor es un elemento
tangible en el mundo espiritual, la fe también es tangible allí. En el ámbito natural, una voz potente puede
intimidar a otra persona. Pero los
demonios conocen la diferencia entre aquel que es verdaderamente osado y
agresivo porque tiene fe, y otro que simplemente cubre sus temores con un
comportamiento agresivo.
Los cristianos suelen usar esta
táctica cuando echan fuera demonios.
Muchos hemos gritado amenazas, hemos invocado la ayuda de los ángeles,
hemos prometido complicarles las cosas a los demonios en el Día del Juicio y
otras cosas igualmente tontas para tratar de cubrir nuestra inmadurez y nuestro
temor. La verdadera fe está anclada en
el ámbito invisible y está relacionada con la autoridad dada en el nombre del
Señor Jesucristo.
La autoridad para echar fuera
demonios se halla en el reposo. El
reposo es el ambiente en el que crece la fe: Así que en mi enojo hice juramento: Jamás entrarán
en mi reposo. Hebreos 3:11 NVI Esforcémonos, pues por entrar en ese reposo,
para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia. Hebreos 4:11 NVI Proviene de la paz de Dios. Y es el Príncipe de Paz quien pronto
aplastará a Satanás bajo nuestros pies!: Muy pronto el Dios de Paz aplastará a Satanás bajo
los pies de ustedes… Romanos 16:20 NVI Lo que es reposado para nosotros, es
violento para los poderes del infierno.
Esa es la naturaleza violenta de la fe.
No debemos convertir esto en un
intento del alma por aumentar nuestra autoconfianza o autodeterminación. Por el contrario, es llevar el corazón a una
situación e entrega, de reposo. Un corazón rendido es un corazón de fe. Y la fe debe estar presente si deseamos
agradar a Dios.
Violencia y fe
“ … hasta ahora, el reino de los cielos ha venido
avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a
él”. Mateo 11:12 NVI
Dos hombres ciegos [Mateo 9:27] que estaban sentados junto al camino clamaron a Jesús. Los demás les dijeron que callaran, pero eso
solo incrementó su determinación. Se
volvieron más desesperados, y clamaron mucho más fuerte. Él los llamó y los sanó diciendo: “ el reino se ha acercado a ustedes”.
Jesús atribuyó ese milagro a la
fe de ellos.
Una mujer (Mateo 9:20-22), que había sufrido de
hemorragia durante doce años se abrió camino entre la multitud. Cuando finalmente pudo toca el borde del
manto de Jesús fue sanada. Jesús
atribuyó la sanidad a la fe de ella.
Hay muchas historias como estas, todas con
finales similares: personas que fueron sanadas o liberadas a causa de su
fe. La fe puede abrirse paso
calladamente o clamar en alta voz, pero siempre es violenta en el mundo espiritual. Se aferra a una realidad invisible y no la
suelta. Tomar el Rieno por fe es el acto
violento necesario para entrar en lo que Dios ha puesto a nuestra disposición.
La fe da poder
Un automóvil puede tener varios
cientos de caballos de fuerza. Pero el
auto no va a ningún lado hasta que se suelta el embrague, se conecta la energía
contenida en el motor en movimiento y se transfiere esa energía a las ruedas.
Lo mismo sucede con la fe. Tenemos todo
el poder del cielo detrás de nosotros.
Pero es nuestra fe la que conecta lo que está disponible para nosotros
con las circunstancias que vivimos. La
fe toma lo que está a nuestro alcance y lo hace real.
No es ilegal tratar de aumentar
nuestra fe. No está mal buscar señales y
prodigios. Todos estos son derechos del
creyente. Pero aprender a orar es la
tarea que tenemos por delante. Es lo
único que los discípulos pidieron a Jesús que les enseñara.
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