Pastor Byron Sales Curiel
Dosis de Sabiduría - 28 Agosto 2013
Dios rechaza las oraciones de los que no lo obedecen. Proverbios 28:9 TLA
Un jueves, día que dedico para atender a personas para consejería y oración, llegó a mi oficina una señora. Me relató que había enviudado cuando su hijo tenía apenas 2 años de edad, y seis años después se involucró en una relación de unión de hecho, con un hombre que estaba separado de su esposa y familia, más no divorciado.
Y aunque él le brindaba techo en una pobre casita de lámina de zinc, y también aceptaba y le tenía cariño a su hijo, su conviviente no ayudaba en la manutención de la casa, situación que obligaba a esta señora a conseguir trabajos informales de medio día para la alimentación de ella y de su hijo.
El hombre aparentemente tenía temor de Dios porque de vez en cuando los domingos los acompañaba a la iglesia. Pero no estaba dispuesto a asumir su responsabilidad para con ella, tampoco la apoyaba en sus ideas de iniciar negocios para generar recursos, etc. y nunca demostró interés en honrarla al casarse con ella.
Cada noche, incluso luego de discutir con ella, él se apartaba a leer la biblia y orar.
Ella con la voz entrecortada por el llanto, me decía que le reclamaba diciéndole: “Cómo es posible que lea la biblia y ore, pero no cambie para obedecer a Dios, ordenar su vida y asumir su responsabilidad en el hogar?”
La obediencia a Dios es el requisito para que Él atienda las oraciones. Dios no está en la obligación de oír las oraciones de aquellos que no están dispuestos a obedecerle.
Hay dos razones por las cuales Dios rechazas las oraciones: Quienes no quieren obedecerles y los hombres que tratan mal a sus esposas.
“… los esposos, sean comprensivos con sus esposas. Denles el honor que les corresponde, teniendo en cuenta que ellas son más delicadas y están llamadas a compartir con ustedes la vida que Dios les dará como herencia. Háganlo así para no poner estorbo a sus propias oraciones. 1ª. Pedro 3:7 DHH