Jugar a las escondidas con Dios


Pastor Byron Sales Curiel
Dosis de Sabiduría - 15 Septiembre 2013

Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos.  Proverbios 15:3 NTV

En mi infancia jugaba con mis amigos “a las escondidas”.  El juego consistía en que una persona contaba de 1 a 20, y durante ese tiempo todo los demás nos escondíamos lo mejor que podíamos para no se encontrados.  Perdía el juego el primero a quien encontraban y lo ganaba el último en ser encontrado.

El rey David llegó a la conclusión que no podía jugar a las escondidas con Dios, y dijo: “Jamás podría escaparme de tu Espíritu! Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú, si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza.  Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que me convierta en noche; pero ni siguiera en la oscuridad puedo esconderme de ti.  La oscuridad y la luz son lo mismo para ti” Salmos 139:7-12.

No poder escapar a los ojos vigilantes de Dios, es una bendición para los que lo aman y buscan hacer el bien, pero es una gran advertencia para aquellos que hacen el mal; porque ninguno los dos quedará sin recompensa.

Para Dios no están ocultos la tumba ni la muerte, ni tampoco nuestros pensamientos. Proverbios 15:11 TLA

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