Pastor Byron Sales Curiel
Dosis de sabiduría - 18 septiembre 2013
El nombre del Señor es una torre poderosa a la que acuden los justos en busca de protección. Proverbios 18:10 DHH
Seguramente te pasa que estés donde estés, cuando alguien menciona tu nombre, luego volteas para ver quién te llama. Y es que toda persona, animal, vegetal, mineral o cosa, se conoce y llama por un nombre.
En tiempos del viejo testamento, se dieron nombres a Dios que describían alguna cualidad de su naturaleza, por ejemplo, Elohim es el Creador todopoderoso; Jehová Jireh, es Dios mi proveedor; el Shaddai es el todo suficiente; Jehová Shalom, Príncipe de Paz; Jehová Rafa, el Señor sana; Jehová Sabaot, el Señor de los ejércitos; Jehová Nissi, mi bandera o estandarte, etc.
Cuando Jesús resucita, por su obediencia al entregar su vida en la cruz, Dios lo premia con un nombre que es sobre todo nombre. Y al hacerlo Dios Padre, introduce todos sus nombres, en el nombre de Jesús, de tal manera que todo nombre está sujeto a la autoridad del nombre de Jesucristo.
La enfermedad que padeces tiene un nombre, el problema que enfrentas tiene un nombre, tus sueños tienen un nombre. Con fe puedes usar un arma poderosa y poder conquistarlos, el nombre de Jesús que está por encima cualquier nombre.
“Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Filipenses 2:10-11 NVI