Pastor Byron Sales Curiel
Dosis de Sabiduría - 13 octubre de 2013
“Del fruto de su boca el hombre comerá el bien, pero el alma de los prevaricadores hallará el mal”. Proverbios 13:2 RV95
La comida contiene sustancias alimenticias, que proveen los elementos para una normal nutrición y permiten la conservación de un ser vivo. La cantidad de comida que se consumen se le llama ingesta, vocablo latín que significa ingerir; y en promedio el ser humano hace 3 ingestas diarias, desayuno, almuerzo y cena.
Prevaricar o prevaricato es un delito que consiste en que, una autoridad, juez o servidor público, dicta una resolución arbitraria, sea administrativa o judicial, a sabiendas de que dicha resolución es injusta.
Que un hombre coma “del fruto de su boca” es una declaración paradójica, porque para comer y alimentarse es necesario ingerir, a no ser que, el rey Salomón hable de alimentar el “alma”.
En nuestra boca hay poder, para bien o para mal. Tu alma y ser espiritual es saciado y alimentado con las palabras que salen de tu boca.
Pero si sabiendo la Palabra de Dios y sus promesas, negligentemente “hablas mal” estás cometiendo delito… estás cometiendo prevaricato!.
El mejor ejemplo de esto es el Salmo 103 del Rey David [padre de Salomón], que se habla así mismo, porque le habla a su alma:
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ningunos de su beneficios. Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoy tu vida, y el que te corona de favores y misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”. Salmos 103:1-5 RV95
Necesitas de un profeta? Párate frente a un espejo, allí lo tienes, profetízate y alimenta tu alma.