¡Cautivados¡ Un matrimonio feliz

Pastor Byron Sales Curiel


A veces vemos más lindo el jardín del vecino, pero no hacemos poco o nada para que el propio se vea bien.  Regar y cuidar el jardín de nuestro matrimonio es una tarea de ambos cónyuges.  Si nuestro matrimonio se ve deteriorado, debemos invertir en la relación,  con el mismo entusiasmo, energía y excitación que sentías cuando conociste a tu esposa o esposo.


Bebe del agua de tu mismo pozo, el agua que fluye de tu propio manantial.  ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y tus corrientes de aguas por las plazas públicas?  Son tuyas, solamente tuyas, y no para que las compartas con extraños.  ¡Bendita sea tu fuente! ¡Goza con la esposa de tu juventud!  Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora.  ¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive todo el tiempo!  ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por un adúltera? ¿Por qué abrazarte al pecho de la mujer ajena?  Nuestros caminos están a la vista del Señor; él examina todas nuestras sendas.  Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan.  Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez.  Proverbios 5:15-23 NVI


La palabra “cautivo” proviene del vocablo hebreo “shagá”, que significa: bambolearse, estar arrebatado, aturdir, estar pedido, recrear, trastornar.  Sin duda alguna, describe muy bien el estado que muchos estábamos cuando éramos novios o recién casados.  Pero, ¿Cómo podemos mantener el Shagá en nuestro matrimonio?  ¿Cómo podemos mantenernos cautivados?


Expresa y demuestra el amor

Gacela amorosa…   Cervatilla encantadora… ¡Que sus pechos (caricias) te satisfagan siempre! 

El amor no solo es algo que se dice, sino que se demuestra. 



En la Biblia, el apóstol Pablo define el amor cuya naturaleza y origen es de Dios, de la siguiente manera:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”

“[el amor] Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”

Y concluye: “El amor nunca deja de ser…”  1 Corintios 13:4-8 RV60

El amor va más allá de una atracción física o sexual, el amor en esencia no es un sentimiento, es una decisión.  Redefine el amor, enamora  y vuélvete a enamorar de tu cónyuge.


Considera "bendita tu fuente"


Tomando como fundamento lo escrito en la carta a los Efesios 5:21-33 y 1 Pedro 3:1-7, podemos concluir lo que implica considerar tu matrimonio una fuente bendita:

Para el esposo

  • Ejerce tu liderazgo en la familia, sobre todo el espiritual.


  • Ama y ten un trato especial a tu esposa, "como un vaso más frágil".   Vive "sabiamente" con tu esposa, porque para que la relación funcione, a la mujer se le puede pretender entender, tan sólo se les ama.  Si el hombre necesita respeto, la mujer necesita amor.


  • Da tu esposa su lugar.  “para santificarla” implica que la mujer se le dé un lugar y uso adecuado.  No te casaste tan sólo porque tenías que casarte, o  para tener una empleada doméstica, ni tampoco sólo para tener hijos, tu esposa es tu amada compañera de vida.



Para la esposa

  • Reconoce y respeta el liderazgo de su esposo.  Es posible obedecer pero no sujetarse, son dos cosas distintas.  Cuando una no esposa no respeta al hombre, menoscaba o destruye su autoridad.  Un cumplido no siempre desarma a una mujer, pero siempre lo hará en un hombre.  


  • Que tu conducta sea el reflejo de su fe.   Guarda tu testimonio, sobre todo si tienes un esposo inconverso.


Considerar que el matrimonio es un asunto de dos.  "Dejará el hombre a su padre y madre..."  Está bien pedir consejo, pero las decisiones se deben tomar entre ustedes, sin intromisión de familiares de ninguno de los dos.  


Considera que no hay otra opción

Bebe del agua de tu mismo pozo, el agua que fluye de tu propio manantial.  ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y tus corrientes de aguas por las plazas públicas?  Son tuyas, solamente tuyas, y no para que las compartas con extraños... ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por un adúltera? ¿Por qué abrazarte al pecho de la mujer ajena?

Cuando consideras a tu matrimonio como una "fuente bendita", la separación no será una opción.   Cuando endurecemos nuestro corazón, no vemos soluciones, porque nos enfocamos más en el problema que en la solución.  La separación y finalmente el divorcio no se dan por falta de amor, sino por la dureza del corazón.  

Cuando lees la Biblia  te das cuenta que la idea del matrimonio fue de Dios, y el de divorcio fue del hombre, y  aunque no lo veas así, para Él tu matrimonio si es bendito.  

Cuando Jesús acabó de decir estas cosas, salió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán. Lo siguieron grandes multitudes, y sanó allí a los enfermos. Algunos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: — ¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo? — ¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Le replicaron: — ¿Por qué, entonces, mandó Moisés que un hombre le diera a su esposa un certificado de divorcio y la despidiera? —Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus esposas por lo obstinados que son —respondió Jesús—. Pero no fue así desde el principio. Les digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, el que se divorcia de su esposa, y se casa con otra, comete adulterio. —Si tal es la situación entre esposo y esposa —comentaron los discípulos—, es mejor no casarse. —No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino solo aquellos a quienes se les ha concedido entenderlo. Pues algunos son eunucos porque nacieron así; a otros los hicieron así los hombres; y otros se han hecho así por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte.  Mateo 19:1-12 NVI-E



¿Qué hace un corazón duro?

  • Exagera las fallas y las insuficiencias del cónyuge.
  • Siembra sospecha y celos.
  • Provoca la auto-compasión.
  • Insiste en pensar que se merece algo mejor,  y te hará la engañosa promesa que las cosas serían mejores con alguna otra persona.


La infidelidad no es en sí misma la causa del divorcio, es una consecuencia de un corazón duro, un corazón que ha cerrado la puerta a la relación matrimonial y al perdón del cónyuge.

Pero ten cuidado porque el corazón e engañoso y perverso.  No digas, hagas acciones  o tomes decisiones cuando te encuentres emocionalmente inestable, porque te puedes arrepentir.  Ante una situación problemática en la relación, calla, relájate, ora y tómate le tiempo necesario para tomar la mejor decisión.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?  Jeremías 17:9 RVR95


Para terminar

Nuestros caminos están a la vista del Señor; él examina todas nuestras sendas.  Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan.   Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez.

En este asunto no están solos, Dios está en tu matrimonio, pues Él es el primer interesado que esto funcione, originalmente fue su idea.   Agoten el diálogo, no se cierren las puertas de la comunicación, e inténtenlo de nuevo.  Recuerda que el amor más que un sentimiento es una decisión

¿Pueden dos caminar juntos, sin antes ponerse de acuerdo? Amos 3:3




Es mi oración que con tu cónyuge, vivan cautivados el resto de sus vidas.

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